Cáncer de mama
¿CÓMO (INTER)ACTUAR?
Entender el cáncer para vivir mejor como paciente y como persona allegada. Ofrecer apoyo como familiar, cuidador o profesional de la salud.
Entender el cáncer para vivir mejor como paciente y como persona allegada. Ofrecer apoyo como familiar, cuidador o profesional de la salud.
En 2020,
más de 33.000*
personas en España fueron diagnosticadas con cáncer de mama.
25 años - 85 años +*
El cáncer de mama no tiene límite de edad.
El cáncer de mama también afecta a los hombres.
Puedes tener un factor de riesgo
y no desarrollar la enfermedad.
Pero también puede suceder lo contrario.
Señales que deberían alertar tanto a mujeres como a hombres:
Un pequeño bulto, aunque no sea doloroso
Piel que se arruga o cambia de textura
Formación de un hoyuelo
Retracción del pezón
Enrojecimiento, manchas o secreciones.
En la mayoría de los casos, el cáncer de mama es asintomático.
Resulta esencial realizarse autoexploraciones y mamografías de forma regular.
Una mamografía
puede detectar el cáncer hasta años* antes de que se pueda palpar o ver un bulto.
Algunos consejos antes de la mamografía...
Intenta alejar la cita de tu periodo menstrual: los senos están más sensibles.
Evita usar desodorante o perfume ese día. Pueden provocar pequeñas manchas blancas en las imágenes y, por tanto, dificultar su lectura.
Dra. Deborah SZAFIR
Head of Corporate Medical & Patient/Consumer Division
«El Pink October es un momento importante para reforzar nuestro apoyo a todas las personas afectadas por el cáncer de mama. Pacientes ante todo, pero también familiares, cuidadores y profesionales sanitarios, que juegan un papel decisivo a lo largo del proceso de tratamiento. Entender mejor a quienes padecen este tipo de cáncer es fundamental para comunicarse mejor y acompañarles en su vida diaria. Este es el motivo por el que la campaña de este año tiene como objetivo expresar con palabras la realidad de vivir con la enfermedad.
Juntos, somos más fuertes.
Cuando se trata de cáncer de mama, hay todas estas cosas obvias: lo que se comenta. Y luego está lo demás.
Están las citas médicas. Pero también el estrés de contárselo a tu familia. Está la pérdida de tu identidad, del pelo. Pero también lo que ganas en fuerza y coraje. Hay esos momentos en los que no estás tan bien. Pero también las sonrisas que iluminan nuestras caras. Hay palabras incómodas. Pero también gestos que aportan consuelo. Está el hospital. Pero también están todos esos momentos en casa, a solas frente a tu reflejo, tu vestidor, tu nevera, donde ya nada es igual, y están las cosas que no siempre tienes el valor de decir.
Hoy, siete historias diferentes para ponerle palabras a este silencio. Estas voces son las de Séverine, Marie-Jeanne, Isabelle, Aline, Roseline, Eva y Maria João. Las conocemos como Colaboradoras del Grupo Pierre Fabre, y descubriremos su espíritu de lucha, su valentía y la intimidad de sus historias y vivencias personales. Les agradecemos que hayan decidido compartir sus experiencias y reunir la fuerza necesaria para revelar la verdad oculta del cáncer de mama.
#TruthsBehindBreastCancer
Para mí era importante que nada cambiara y que no interfiriera con la vida de las personas que me rodean.
Nos cansamos de querer vernos siempre bien ante los demás.
Me encontraba en un momento de mi vida en el que había comenzado a hacer ejercicio, cuando mejor me sentía. Así que pensé: «¿por qué a mí, por qué ahora?»
El diagnóstico de cáncer de mama supone un verdadero impacto emocional. Preguntarse «¿Por qué a mí?» es completamente normal. Puedes buscar algo que haya desencadenado esta situación, pero recuerda que el principal mecanismo del cáncer es la evolución biológica de unas pocas células entre los miles de millones que se renuevan cada día en tu cuerpo. Esto afecta a cerca de 1 de cada 4 personas durante su vida: recuerda que no estás sola.
Ignoré por completo lo que se puede sentir al estar cerca de alguien que está enfermo, y admito que no fui muy agradable.
Tenemos que amar a nuestros seres queridos sin juzgar y sin expectativas: simplemente agradece el cuidado y el afecto que puedan brindar. Debemos ser activos, no reactivos.
Es importante romper la soledad de la enfermedad mediante el apoyo de los seres queridos. Sin embargo, no siempre estamos dispuestos a recibirlo. No te sientas culpable: te será de gran valor más adelante. Muchos servicios de oncología cuentan con profesionales capacitados para ayudarte a gestionar la situación en lo que respecta a tus seres queridos.
Es importante poder decir, «ahora mismo no me siento bien, necesito ayuda» o «ahora mismo no me siento bien, necesito estar sola».
El cáncer trae consigo un gran torbellino de emociones y eso es absolutamente normal. Pero no dudes de tu increíble capacidad de adaptación: día tras día encontrarás más paz y estabilidad emocional.
Nadar es genial, libera cuerpo y mente. Lo bueno es que no sientes el peso de tu cuerpo cuando estás en el agua, lo que crea una saludable sensación de fatiga.
Los tratamientos son agotadores, así que de este modo descansamos. Los músculos se debilitan muy rápidamente, lo que hace que incluso el movimiento más pequeño suponga un verdadero esfuerzo.
Este círculo vicioso se llama esfuerzo de inadaptación. La mejor forma de evitarlo es iniciar la actividad física lo antes posible, bajo la supervisión de un entrenador especializado o por recomendación médica.
Los tratamientos cambian el cuerpo de forma drástica. Al principio es secundario, ya que la prioridad es mejorar, pero muy rápidamente se convierte en una prioridad máxima.
Nunca usé peluca, solo pañuelos de colores a juego con mi ropa.
El cáncer de mama afecta a uno de los emblemas de la feminidad, más aún cuando los tratamientos van acompañados de la caída del cabello. Los especialistas en estética y peluquería pueden ser de gran ayuda para la imagen personal. Y recuerda dos cosas: ninguna alopecia es permanente y no existe una relación entre la intensidad de la caída del cabello y la gravedad de la enfermedad.
Es bueno volver al trabajo para volver a poner los pies en el suelo, pero tendrás menos tiempo para ti misma, para hacer esa introspección. Y creo que la introspección es tan necesaria como el tratamiento médico.
Trabajaba todos los días. Incluso aunque no me lo pidieran, necesitaba estar conectada. Echando la vista atrás, creo que debería haberme tomado un tiempo para mí, para ir a darme un masaje, hacer más deporte con amigos, tomar un café con las amigas, pasar los fines de semana con la familia o tomar un poco de aire fresco.
No hay una cantidad de tiempo ideal antes de volver al trabajo, sino lo que tú decidas porque crees que es lo adecuado para ti. Tómate tu tiempo para escucharte a ti misma, la vorágine del día a día puede esperar unos meses.
Tuve la suerte de conocer a alguien en los pasillos de la clínica que llevaba los mismos vendajes que yo. Me dije a mí misma: «vamos a ser amigas». Y eso es lo que pasó, llamé a su puerta y desde entonces estamos muy unidas.
Debido a que los seres queridos solo entienden hasta cierto punto y, afortunadamente, puedes encontrar consuelo en personas que están pasado por la misma experiencia vital que tú, hemos incluido algunos recursos al final de la página.
Utilizo acupuntura para reducir mi insomnio.
También he recurrido a la sofrología y la meditación.
Hay muchas formas de mejorar tu día a día, pequeñas acciones que pueden ayudar a tu bienestar físico pero también a tu salud mental.
Cada experiencia es diferente y resulta difícil explicarles a los demás que a mí me fue bien.
Para la mayoría, el cáncer es una enfermedad devastadora que marca el final. Pero al conocer de cerca la enfermedad, te das cuenta de que, como en muchas otras situaciones, encuentras la fuerza para superarla.
Diferentes cánceres, diferentes tratamientos, diferentes personalidades, diferentes situaciones familiares: las experiencias pueden ser similares, pero cada una es única. ¿Has llevado esta terrible experiencia mejor de lo que pensabas? No hay nada de lo que avergonzarse. ¿No quieres hablar de ello, por miedo a que se abran algunas heridas? Es una posición igual de aceptable.
La fase del tratamiento fue muy reconfortante, vas a tu visita diaria a la clínica para recibir la radioterapia, donde te consuelan y te cuidan. Estás dando lo mejor de ti misma para curarte, y los tratamientos diarios te dan una sensación de progreso. Por otro lado, el último día de tratamiento puede resultar inquietante. Sin las visitas diarias puedes sentirte perdida, como si de repente te lanzaran a lo desconocido. Es casi como si te hubieran abandonado de la noche a la mañana después de todas estas semanas.
Una vez más, cada persona experimenta el periodo posterior al tratamiento de manera diferente. Mientras que algunas personas temen las revisiones porque las sumergen de nuevo en el mundo médico, otras temen que sean demasiado espaciadas. Como regla general, este es el ritmo: una revisión clínica cada 4 meses durante los 2 años siguientes a los tratamientos y después cada 6 meses hasta el quinto año, y cada año a partir de entonces. La necesidad de apoyo psicológico es distinta en cada persona.
Aunque el cáncer solo esté presente en las células de una persona, sabemos que afecta a toda la familia. Ejercer de acompañante es un papel delicado: entre el deseo de ayudar pero no saber exactamente cómo y el sentimiento de angustia que muchas veces se considera ilegítimo en comparación con el dolor físico de la persona diagnosticada.
¿Qué actitud se debe adoptar? ¿Deberías tomar la iniciativa o esperar instrucciones? ¿Cómo encontrar las palabras adecuadas, si es que las hay? Intentamos responder a todas estas preguntas. Y aunque cada una de nuestras siete entrevistadas vivió su cáncer de manera diferente, surgieron expectativas comunes hacia sus cuidadores. Familia, amigos, compañeros: aquí están los gestos y actitudes que ayudan, y también todas esas frases bien intencionadas pero que a veces son inadecuadas.
Si tienes ánimo, todo irá bien.
«No te preocupes. Hoy en día el cáncer se trata muy bien, conozco a mucha gente que lo ha superado»: decir eso es simplemente irritante. Resulta insoportable escuchar cómo se normaliza la enfermedad.
Las palabras no son lo fundamental. Son los planes y proyectos futuros, como «organicemos una escapada de fin de semana el año que viene». No es decir «qué guapa estás» o «lo estás haciendo genial». Esas palabras no significaban nada para mí, simplemente porque no era verdad.
Todo va a ir bien, ya verás.
En realidad, no me consoló ninguna frase emotiva, pero sí las actitudes. Al final, lo más importante fue ver a mi familia unirse y fortalecerse.
Hacer generalizaciones sobre cómo afrontar la enfermedad es difícil, ya que es un tema muy subjetivo. Siempre depende de cada familia y de las experiencias profesionales específicas. Son encrucijadas vitales que solo puedes entender como acompañante o cuidador. No existe una única forma de afrontar el cáncer, ya que es algo muy subjetivo.
Ser optimista sin restarle importancia a la enfermedad, mostrar empatía sin que parezca compasión, estar presente sin ayudar demasiado... Estos testimonios muestran lo complejo que es adoptar el enfoque «correcto».
Puede ser acertado preguntar acerca de los códigos para comunicarse con más serenidad: ¿hablamos de la enfermedad con libertad o prefieres no abordar el tema? ¿Cuánto quieres contarles a tus hijos, amigos y conocidos? Ya que no puedes cambiar el diagnóstico o el curso del tratamiento, al menos puedes convertirte en facilitador, organizar las innumerables citas, tomar algunas notas para transmitir mejor el discurso médico de un profesional a otro, ayudar a organizar el expediente médico, gestionar los archivos administrativos, etc. Puedes ser de gran ayuda en este viaje, tanto física como emocionalmente.
Estaba rodeada de gente sumamente dispuesta a apoyarme. No estábamos obsesionados con la enfermedad, y la vida seguía su curso.
Es médico, enfermero, cuidador, farmacéutico, fisioterapeuta, terapeuta de relajación, profesional de belleza y peluquería, masajista, psicólogo, trabajador social, instructor de meditación, entrenador deportivo... Está en contacto con personas afectadas por el cáncer de mama, en diversas etapas del proceso de tratamiento.
¿Qué esperan los pacientes de usted, más allá de su actividad principal? A través de sus propios comentarios, le daremos algunas ideas sobre cómo apoyar mejor a quienes viven con la enfermedad.
Lo que creo que vale la pena mencionar es que la detección comienza a los 50 años a pesar de que todas las personas que me rodean, incluida yo misma, fueron diagnosticadas antes de los 50 años. Tenemos que hacer que las pruebas de detección sean mucho más preventivas.
Cuando me enteré, mis hermanas fueron inmediatamente a examinarse, una de ellas también tenía menos de 40 años. Le dijeron: «Pero señora, aún no es suficientemente mayor». ¿Por qué deberíamos tener que justificarnos para someternos a una prueba sencilla?
Aunque la prueba rara vez es dolorosa, siguen existiendo muchos temores acerca de las mamografías. Los beneficios están demostrados: pueden detectar una anomalía hasta 3 años antes de que sea evidente, ya sea al tacto o a la vista. El diagnóstico de la enfermedad en una etapa temprana facilita su tratamiento. No se puede subestimar la importancia del diagnóstico temprano y la autoexploración debería convertirse en una práctica rutinaria para todas las mujeres.
Estuvieron muy presentes y cariñosos, les hablé de mi hija, de mi matrimonio, e incluso se ofrecieron a hablar con mi marido, precisamente para ver cómo ayudarle, cómo ayudarme a mí.
No eran necesariamente las palabras, eran las sonrisas, las bromas. No todo se centró necesariamente en la enfermedad. Hablamos de mi vida diaria.
Si bien su papel tranquilizador como cuidador es esencial, los pacientes también aprecian que se desprenda de él por un momento para hablar de las cosas. Es una forma de traer un poco de normalidad en lo que a menudo se percibe como el mundo que rodea a un hogar de ancianos, algo que puede provocar ansiedad.
Fue una petición automática a mi oncólogo, le dije: «necesito a alguien que ya haya experimentado el mismo cáncer que yo, para conversar e intercambiar experiencias a nivel personal».
Los pacientes desean ser atendidos en un entorno médico donde los diversos profesionales a los que consultan se comunican entre sí. Este enfoque complementario de la atención genera un espacio seguro y tranquilizador, más aún cuando se recomienda a un colega de confianza que tendrá un papel crucial en su bienestar general.
Necesitamos escuchar la verdad porque necesitamos proyectarnos. Y es imposible hacer proyecciones si se edulcora la verdad. El proceso de curación fue posible gracias al diagnóstico sin filtros, mi verbalización del mismo y al protocolo de tratamiento que se puso en marcha.
A mi oncólogo siempre le gusta utilizar una verbalización reflexiva, siempre es muy amable y sopesa sus palabras.
Mi prioridad era «¿Cómo están mis chicas? ¿Necesito que un psicólogo les haga seguimiento?» A menudo le preguntaba a mi médico de atención primaria este tipo de preguntas. Ella las siguió a lo largo del viaje y terminaron por sobreponerse a la situación sin problemas. Son emocionalmente felices y saludables, sin problemas debido a mi diagnóstico.
¿Dónde poner el énfasis en la conversación? ¿Cómo podemos proporcionar alivio cuando nos enfrentamos a la dificultad de un proceso de tratamiento intenso? Los testimonios que hemos recopilado coinciden en la necesidad de decir la verdad y ser amables. Al crear un entorno empático desde el inicio de la consulta, el lenguaje no verbal tiene mucho que ver con esto, podrá detectar mejor lo que la persona necesita: si es escuchar, hablar, recibir materiales técnicos de información o, por el contrario, recibir consejos más compasivos y humanos sobre cómo afrontar la enfermedad en el ámbito familiar.
El cuidado personal fue crucial para superar los efectos secundarios.
Había oído hablar de la sofrología y la meditación. Es fantástico que ahora se nos ofrezcan estas terapias alternativas, pero lo difícil es encontrar a la persona adecuada con quien hablar.
Más allá de los tratamientos profesionales, los pacientes necesitan aportar algo de bienestar a sus vidas. Estos rituales de cuidado personal son cruciales para el cuidado de la piel, así como para retomar el control del cuerpo y la imagen de sí misma.
Me escucharon. ¡Tenemos un departamento de medicina que es realmente de primera! Con los colegas fue realmente bien, todos fueron muy amables.
Cuando volví al trabajo, me sentí tranquila gracias a la relación que tenía con la trabajadora social de Pierre Fabre.
Se realizó un ajuste en mi cometido y no hubo ninguna presión para que volviera a trabajar, sino que fui yo quien decidió cuándo estaba preparada.
Según un estudio realizado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) se cifra en alrededor de 33.000 las personas con cáncer que han perdido el empleo durante el último año. Más que nunca, la reinserción profesional y la calidad de vida en el lugar de trabajo deben ser el foco del debate social en empresas de todos los tamaños. Según el 77 % de los trabajadores, preservar los vínculos sociales no solo fortalece la cohesión y el compromiso de los equipos, sino que también reduce el impacto de la enfermedad.
En Pierre Fabre, llevamos más de 30 años firmando un Acuerdo de Responsabilidad y Compromiso Social. Hemos establecido un marco: porque no deberíamos tener que elegir entre cuidados o mantener nuestro nivel de vida, ni deberíamos tener que soportar un retorno difícil al volver al trabajo.
Queríamos que este convenio fuera lo suficientemente amplio como para adaptarse a todas las patologías y a todos los cuidadores, y lo suficientemente flexible para ir actualizándose con el paso del tiempo.
Con el objetivo de poner al paciente siempre en el foco de su actividad, Pierre Fabre ha desarrollado el material “Mi guía sobre el cáncer de mama en estadio inicial” dirigido a las personas que conviven con cáncer de mama. Este proyecto parte de nuestra motivación por ofrecer a los pacientes soluciones que mejoren su calidad de vida. Como grupo estamos comprometidos en cooperar con las organizaciones de pacientes y, por ello, para la elaboración de este documento han participado representantes de asociaciones de Europa Donna de Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Portugal y España. Estos son sus principales pilares:
Gracias a todos, pacientes, familiares, cuidadores, profesionales y colaboradores del Grupo Pierre Fabre, por vuestro compromiso con la sensibilización sobre el cáncer de mama. A través de tus pequeñas y grandes acciones, mejoras el conocimiento que tenemos del cáncer de mama, y por tanto su tratamiento y detección. Este es un compromiso precioso para nosotros, no solo en nombre del Grupo Pierre Fabre, sino también en nombre de la sociedad en su conjunto.