Comprender los resultados, las etiquetas y las certificaciones medioambientales
Información básica para ayudarle a elegir correctamente
Información básica para ayudarle a elegir correctamente
Green Mission Pierre Fabre ha concebido el Green Impact Index para ayudar a todo el mundo a tomar decisiones fundamentadas, de acuerdo con sus convicciones. Esta herramienta mide el impacto social y medioambiental de los productos dermocosméticos y de cuidado de la salud familiar comercializados por el grupo Pierre Fabre. Pero ¿cuál es la diferencia entre este índice, las credenciales medioambientales y el etiquetado medioambiental? ¿Cómo pueden los consumidores orientarse y elegir correctamente? Estas son todas las claves para entenderlo.
Controlar el propio impacto social y medioambiental es un deseo que comparten muchos consumidores y las nuevas normas creadas para tal fin facilitan mucho esta tarea.
En los últimos años, han aparecido diversos sistemas para ayudarnos a evaluar las propiedades nutricionales de un producto (el Nutriscore es un ejemplo muy conocido) o para conocer su composición exacta (por ejemplo, la aplicación Yuka). Estos sistemas han cambiado gradualmente nuestros hábitos de consumo. Pero cuando se trata de medir el impacto de un producto sobre el medio ambiente y la sociedad, no hay una solución sencilla y que cubra todos los aspectos.
Sin embargo, las normas europeas promueven cada vez más que los fabricantes de diversos sectores económicos informen a los consumidores de estos impactos. Los electrodomésticos, las viviendas e incluso los coches tienen la obligación legal de mostrar sus credenciales medioambientales. Gracias a ello, en los productos puede verse una nota de A, B, C, D, E, F o G, que sirve de guía para los consumidores y permite que estos tengan en cuenta el impacto medioambiental del producto al realizar la compra Por ejemplo, si adquiere una lavadora con una nota de A, sabe que está eligiendo un consumo de energía más reducido comparado con un producto alternativo con una nota de B o C.
Al hacer que los fabricantes y distribuidores estén obligados a mostrar sus credenciales medioambientales, las normas europeas o nacionales fomentan que estos se centren en la concepción ecológica y sean más conscientes de los impactos de sus productos. Iniciativas como el European Green Deal proporcionan un nuevo impulso y contribuyen a generalizar estas prácticas. El Green Impact Index es la solución de Pierre Fabre para los productos cosméticos y de cuidado de la salud y su objetivo es ofrecer a los consumidores, desde ahora mismo, unos indicadores claros, adaptados a los retos que afectan a nuestros productos.
El Green Impact Index, una herramienta que todo el mundo puede consultar y que muy pronto estará disponible para la mayoría de nuestros productos cosméticos y de cuidado de la salud.
Para responder a la necesidad de transparencia de los consumidores y ayudarlos en su esfuerzo por consumir de un modo responsable y sostenible, hemos creado un sistema de puntuación estándar para nuestros productos, que se basa en 10 años de investigaciones y en una metodología rigurosa aprobada y avalada por AFNOR Certification, un organismo de certificación independiente reconocido internacionalmente.

Pedagógico, transparente y fácil de comprender, el Green Impact Index utiliza unas notas (A, B, C o D) para explicar los impactos sociales y medioambientales de cada producto a los consumidores. Como complemento de otras etiquetas, denominaciones y certificaciones, en las que nos hemos basado para concebirlo, está pensado para ayudarle a elegir de un modo cada vez más respetuoso con la naturaleza y las personas.
¿Cómo calculamos la nota del Green Impact Index?
¿Cómo funcionan las etiquetas en los cosméticos?
Una etiqueta (o sello) garantiza el cumplimiento de una especificación (o de una norma) que establece unos requisitos en materia de calidad, origen, método de producción, etc. Puede ser el resultado de una iniciativa privada o pública, la puede haber promovido un organismo local o internacional... Cada etiqueta cubre unos aspectos específicos, pero no necesariamente TODOS los aspectos, y en la práctica hemos visto que no todos los requisitos están totalmente estandarizados. Los consumidores tienen ante sí varias etiquetas europeas e internacionales, lo que a veces puede resultar confuso.
Algunas etiquetas se basan en especificaciones reconocidas internacionalmente y se obtienen mediante certificaciones otorgadas por organismos certificadores independientes. Estos son algunos ejemplos (¡hay muchos más!) de etiquetas utilizadas en dermocosmética.

La asociación francesa de fabricantes de cosmética bío, COSMEBIO, ha creado una etiqueta para los productos cosméticos naturales y/o biológicos. Esta etiqueta se basa en una especificación COSMEBIO (llamada la Carta COSMEBIO), que debe ser respetada por cualquier fabricante que utilice la etiqueta en sus productos.
Una de las principales exigencias que impone la Carta es que los fabricantes certifiquen sus productos cosméticos de acuerdo con la norma COSMOS. El cumplimiento de este requisito, así como el respeto de otros criterios relacionados con el compromiso de la empresa con una política de desarrollo sostenible, permite incluir la etiqueta en los productos certificados.
En función del nivel de certificación, la etiqueta puede incluir las palabras COSMOS NATURAL o COSMOS ORGANIC.

La asociación Nature & Progrès ha creado una etiqueta específica para los productos cosméticos basada en unas especificaciones muy estrictas, con una dimensión social y solidaria (prácticas de comercio justo, financiación social y ética, circuitos cortos de comercialización, mecanización controlada, etc.) y con criterios medioambientales (prohibición de materias primas de origen animal, organismos modificados genéticamente, aceite de palma, colorantes, perfumes, envases innecesarios, etc.). Se concede después de que los miembros realicen unos controles participativos.
Es prácticamente imposible saber de memoria todas las etiquetas y sus características. Si está interesado en un producto que lleva una etiqueta, lo mejor es informarse sobre los criterios exigidos para su obtención, para saber si se ajusta a sus propias exigencias.
¿Qué es una certificación?
Para no ser juez y parte, algunas etiquetas, como COSMEBIO, optan por no controlar ellas mismas el cumplimiento de sus propias especificaciones. De esta manera, las marcas que desean obtener una etiqueta cosmética deben contactar con organismos de certificación independientes, como ECOCERT, Bureau VERITAS y COSMECERT, que son los que realizan los controles regulares y certifican el cumplimiento de los requisitos exigidos.
Estos organismos certificadores son a su vez aprobados por organismos nacionales oficiales de acreditación (como el COFRAC en Francia), que comprueban la exactitud y la pertinencia de sus metodologías de auditoría de acuerdo con las normas oficiales. Esta acreditación es la que confiere al organismo su carácter «certificador» y es por esto por lo que hablamos de certificación y no de etiquetado.
Aquí tenemos un ejemplo...
![]() |
Una marca desea obtener la certificación COSMOS para un nuevo producto biológico que tiene previsto sacar al mercado. ¿Qué debe hacer para lograrla? | ||||
![]() |
|
||||
![]() |
Si todo está conforme, el producto recibe la certificación COSMOS, específica de los productos cosméticos, que garantiza que el producto en cuestión no contiene ingredientes no autorizados, incluye al menos unos determinados niveles de ingredientes de origen natural o biológico en su fórmula, utiliza métodos de producción y de transformación respetuosos con el medio ambiente y la salud humana, respeta la biodiversidad, tiene un envase ecoconcebido, etc. | ||||
![]()
|
ECOCERT puede conceder dos tipos de certificación en función del producto:
|
||||
![]()
|
La marca puede entonces mostrar el logotipo de la certificación COSMOS ORGANIC en el envase de su producto biológico. |
¿Y qué significa el término BIOLÓGICO en los cosméticos?
Identificamos un producto como biológico gracias a sus logotipos, tanto el francés (AB) como el europeo (la hoja con estrellas). Esta certificación se aplica a los productos agrícolas y alimentarios, de acuerdo con las normativas europeas.


En el caso de los alimentos envasados, garantiza que el 95% de los ingredientes que contienen proceden de un modo de producción biológico.
Por extensión, utilizamos el término biológico para los artículos transformados no alimentarios que utilizan productos biológicos. Un buen ejemplo de ello son los cosméticos (extractos de plantas, aceites vegetales, etc.).
¡Pero no todo el mundo puede decir que es biológico! En la práctica, los productos cosméticos que afirman ser biológicos tienen que cumplir una serie de normas y, ante todo, deben contener al menos un 95% de ingredientes biológicos y tener la certificación COSMOS.

¿Lo sabía?
Un producto cosmético no puede publicitarse como «natural» o de «origen natural» si no contiene un 95% o más de ingredientes de origen natural.